Hay una cantidad impresionante de historias horrorosas sobre el comportamiento humano, y otras tan satisfactorias de cómo se alcanza justicia por los crímenes de otros.
Marianne Bachmier es una mujer que tomó justicia por su
propia cuenta, y de una forma muy destacada: mató al violador de su hija en
plena corte, mientras estaba recibiendo la sentencia del juez.
Según la crónica leída Marianne Bachmier disparó 8 veces al
violador de su hija, asestando 7 disparos mortales. El asesino era Klaus
Grabowski, un carnicero de 35 años, que ya tenía record como ofensor sexual. El
día del crimen la niña se dirigía a la escuela, y por mala suerte pasó frente
al monstruo que después la violaría y estrangularía, dejando su cuerpo inerte
sin vida en una caja cerca de un río.
Pero no existe crimen perfecto y la novia del pervertido
denunció su crimen, así fue como la madre supo que ese sinvergüenza de apellido
Grabowski había sodomizado a su pequeña hija de 7 años.
“¿Por qué en El Salvador aun no hay un registro público de pedófilos, y ofensores sexuales condenados?”
Creo que yo haría lo mismo que Marianne Bachmier si
estuviera en las mismas condiciones, pero en El Salvador cometer ese asesinato
sería una tarea sumamente dificil porque para entrar a un tribunal, siendo
abogado, es difícil ingresar con lo que usualmente porta un abogado; pasamos
por un detector de metales, vaciamos y mostramos al custodio del centro
judicial, todo el contenido de nuestros bolsos, dentro del edificio y junto a
cada pasillo se verifica la presencia de custodios. Cuando un abogado entra a
audiencia la posibilidad se ha disminuido en gran medida, pero las ganas de fulminar al sospechoso contra el piso como una asquerosa cucaracha crece y se sostiene durante todo el procedimiento judicial.
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En El Salvador, y en muchos países del mundo hay casos
indignantes de crímenes sin resolver, y cuyo autor sabemos quién es, o
suponemos de manera casí inequívoca, cito por ejemplo el caso Katya Natalia Miranda Jiménez, una niña
asesinada con tan solo 9 años de edad; el crimen se desarrolla en un entorno
donde, muy cerca de los hechos habían 20 personas. En la voz popular se acusa
al abuelo y al padre de la niña como autores del crimen, en las crónicas
periodísticas las hipótesis incluso hablan de un conflicto de poder político, otros de crímenes por disputas de
un inmueble, la participación de pandilleros.
Ver este reportaje:
Revista FactumUno de los aspectos del derecho que más me decepcionan, en particular en el derecho Penal, es que la sanción que muchos criminales reciben y en muchos casos, no son suficientes para reparar el daño que ocasionan. ¿Qué puede tener de equiparable condenar a prisión por violación a un individuo pervertido y la persona violada permanece toda su vida con esa experiencia nefasta, destructiva?. ¿Qué puede tener de reparación de daño un pago económico de US2,000 por quitar la vida a otra persona de forma culposa. Sí, es ¡increible!, pero en tribunales salvadoreños ya existe una tarifa para un muerto, una indemnización o reparación civil es pactada por cifras que rondan los US$2,000, en el mejor de los casos... más ayuda en el sepelio de un individuo arrollado por un vehículo conducido por un borracho irresponsable, que seguramente al transcurrir 6 años estará libre en las calles nuevamente (por conmutación de la pena o por beneficios penitenciarios) con un vehículo e ingiriendo alcohol?. Mientras tanto los hijos de la persona arrollada lloran toda fecha festiva a su difunto padre, toda su vida.
La vida es injusta, las leyes no siempre son las mejores. Cuídate de las personas, siempre cambian y su comportamiento es impredecible.
Gracias por leer este blog.
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