A través de la historia se ha estudiado un fenómeno psicológico denominado Síndrome de Estocolmo, que consiste en una relación de co-dependencia que desarrolla la persona víctima con relación a su victimario.
Suele mencionarse que la victima se convierte en complice del victimario debido a la ayuda aparente que le presta para que el victimario no le ocasione más daño.
El sitio web de Wikipedia explica claramente por qué razones sucede esto:
"El síndrome de Estocolmo puede parecer curioso a primera vista, pero tiene explicación. En la bibliografía sobre el tema, se mencionan las posibles causas para tal comportamiento:
- Tanto el rehén o la víctima como el autor del delito, persiguen la meta de salir ilesos del incidente, por ello cooperan.
- Los rehenes tratan de protegerse, en un contexto de situaciones que les resultan incontrolables, por lo que tratan de cumplir los deseos de sus captores.
- Los delincuentes se presentan como benefactores ante los rehenes para evitar una escalada de los hechos. De aquí puede nacer una relación emocional de las víctimas por agradecimiento con los autores del delito.
- Con base en la historia de desarrollo personal, puede verse el acercamiento de las víctimas con los delincuentes, una reacción desarrollada durante la infancia. Un infante que percibe el enojo de su progenitor, sufre por ello y trata «comportarse bien», para evitar la situación. Este reflejo se puede volver a activar en una situación extrema.
- La pérdida total del control que sufre el rehén durante un secuestro es difícil de digerir. Se hace más soportable para la víctima convenciéndose a sí misma de que tiene algún sentido, y puede llevarla a identificarse con los motivos del autor del delito."
Fuente:
Este síndrome no se limita a casos de secuestro o víctimas de guerra, u otros conflictos armados, también se da en los hogares bajo la figura de Violencia Intrafamiliar, muy común en estos tiempos que predominan las familiar disfuncionales.
Si Usted padece de este síndrome busque ayuda profesional con un psicólogo y un abogado para ayudarlo a romper con ese circulo.
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