Estuve hojeando recientemente un libro con una muestra de las obras de arte de Carlos Cañas, artista plástico salvadoreño, con una trayectoria destacada en el mundo del arte salvadoreño y como un exponente a nivel internacional.
Mucho de su arte tiene un componente sensible, ligado a eventos que el mismo autor experimentó, otros relacionados a sucesos políticos e históricos de la sociedad salvadoreña. Las obras del maestro Cañas están entre las más expresivas, cautivantes, absorbentes e inquietantes.
1. NIÑOS.
Tema abordado por muchos artistas en el transcurso de la historia, en el caso de Carlos Cañas su interpretación pictórica captura por sus vivos colores y formas, la temática de la infancia en total desprotección, hace reflexionar y conmoverse.
2. MONSTRUOS COME NIÑOS
La obra a continuación la título, Alimentos de la Junta, 1982, parte de la serie de Testimonios del artista, definido en el libro donde la observé, la obra es parte de la colección del artista.En una primera vista la pintura es chocante, por sus colores y formas monstruosas y para comprender su contenido es preciso conocer un poco de la historias salvadoreña en el ámbito político: en 1980 - 1982 El Salvador vivia un momento crucial, estaba iniciando el conflicto armado, los políticos buscaban la forma de conservar su estatus, las clases dominantes igualmente se debatían para frenar a toda cosa una revuelta social; se conforma la Junta Revolucionaria de Gobierno compuesta por militares que al imponerse constituyen una asamblea constituyente, en otras palabras, un grupo de diputados, se ponen de acuerdo para emitir una Constitución de la República; la constitución es el documento más importante dentro del ordenamiento jurídico por que en ella se establecen la columna vertebral de todas las leyes que rigen en El Salvador. Esta Asamblea Constituyente genera la Constitución de la República de El Salvado que rige desde 1981.
Por testimonio de un político, esa asamblea constituyente estaba formada por políticos de la vieja escuela de dudosa reputación, de hábitos y costumbres reprochables, pero que impuestos por la fuerza debían generar las reglas del juego.
Así es como nuestro artista Carlos Cañas genera este tipo de representaciones pictóricas: