Alfonso María de Ligorio

Navegando por internet encontré este texto que debo transmitir, principalmente por que sé que muchos colegas abogados y estudiantes visitan este sitio de vez en cuando. 

Tratamos de Alfonso María de Ligorio, actualmente considerado santo en la Iglesia Católica, quien a los 20 años de edad era un abogado exitoso en Nápoles, Italia, a principios del siglo XVIII. Estaba muy empeñado en dedicarse al Derecho con desinterés y fue famosos porque ganaba todas las causas eligiendo a su parecer  aquellas que consideraba justas.

Preocupado por la malicia y la mentira con que actuaban sus colegas de profesión, nada distinto en nuestros tiempos, antes de desistir de la carrera y ser ordenado sacerdote, Alfonso escribió una lista de conductas éticas que pueden, deben y es urgente que sean aplicadas en nuestros días, al menos si se quiere conducir con rectitud. 

Transcribo literalmente:

12 Reglas de Alfonso María de Liogorio. 

1 – No es lícito jamás aceptar causas injustas, porque son perniciosas para la conciencia y el decoro.
2 – No se debe defender una causa con medios ilícitos.
3 – No se debe cargar al cliente con demasiados gastos, teniendo la obligación de restituir lo no necesario.
4 – Las causas de los clientes deben ser tratadas con esmero y dedicación así como se tratan las propias causas.
5 – Es necesario el estudio de los procesos para sacar de ellos los argumentos precisos para la defensa de la causa.
6 – Muchas veces, la dilación y la dejadez de los abogados perjudican a los clientes y los perjuicios deben ser reparados; de lo contrario, se peca contra la justicia.
7 – El abogado debe implorar a Dios su auxilio en la defensa, porque Dios es el primer protector de la justicia.
8 – No es digno de elogio un abogado que acepta muchas causas, superiores a sus talentos, a sus fuerzas y al tiempo que frecuentemente le faltará con el fin de prepararse para la defensa.
9 – La justicia y la honradez nunca deben separarse de un abogado; al contrario, deben siempre guardarse como se guardan las niñas de sus ojos.
10 – Un abogado que pierde una causa por negligencia suya, está obligado a reparar los daños.
11 – Al defender las causas es preciso ser verdadero, sincero, respetuoso y razonable.
12 – Finalmente, los requisitos de un abogado son: ciencia, diligencia, verdad, fidelidad, justicia.


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