jueves, 1 de enero de 2015

De qué sirven los acuerdos de paz.

El Salvador vivió un conflicto armado que cobró miles de vidas inocentes desde el año 1980 a 1991, originado por numerosas causales entre las que destacan desigualdades sociales y económicas muy marcadas; injusticias y abusos de poder de los gobernantes. 
 

Apaneca, El Salvador.
Los acuerdos de paz en El Salvador fueron un acontecimiento que ha sido indagado por muchos estudiosos, pues a nivel mundial son raros los casos similares al proceso de cese a la violencia bélica como el experimentado en este país.

 En aquel entonces se suponía que el acuerdo daría un giro anhelado para los salvadoreños en el desarrollo de la democracia, de tal forma que se permitiera el desarrollo del pueblo salvadoreño, especialmente en el ámbito político. Hoy es bastante evidente que los que luchaban por esas igualdades son una nueva argolla de poder que pretende acaparar  fuerza y extirpar al enemigo. 

El dicho popular: "a deseos muere un pobre y a patadas de un zancudo" se ha materializado en miles de personas que respiraron profundo y con alegría cuando se firmaron los acuerdos de paz. Muchos de ellos hoy viven en el extranjero por que aquí en El Salvador no encontraron oportunidades, a otros los asesinaron los delincuentes, pandilleros y grupos de terror social. Otros que viven en el territorio salvadoreño, aun alzan oraciones con esperanza de mejorar sin reales expectativas a corto plazo. 

Todos los años son conmemorados y no se puede negar que han existido avances significativos, pero al reflexionar sobre los estancamientos en la consolidación de la paz nacional, es evidente que los actores que impulsaron ese proceso de pacificación se han acomodado en su silla política, acaparando poder, fortuna y los ideales de antaño fueron desechados y sustituidos por intereses personales; aun se vive la violencia social, aun existe desigualdad económica.

“La fecha real de los acuerdos de paz, fue el 31 de diciembre de 1991 y fueron firmados en acto solemne el día 16 de enero del año 1992 en el Palacio de Chapultepec, México.”

Se cometieron muchas atrocidades antes y durante el conflicto armado, aun hoy se siguen cometiendo: asesinatos por grupos delincuenciales empoderados, sistema judicial con fisuras de corrupción, alto costo de la vida, asistencia a la salud pública deplorable, exigua política habitacional, populismo político, entre otras. 

Ya es necesario considerar nuevos acuerdos que den continuidad al ya firmado el 16 de enero de 1992, acuerdos que respondan a la realidad nacional, y que vayan encaminados a mejorar aspectos de tipo económico, sociales, fiscales, judiciales, de seguridad y otros puntos clave para el desarrollo de la sociedad de El Salvador.

El capitulo VII del acuerdo de paz que puso fin al conflicto armado menciona en su párrafo uno: “El cese del enfrentamiento armado es un proceso irreversible, corto, dinámico y de duración predeterminada, que debe aplicarse en todo el territorio nacional de El Salvador”
Es innecesario perder el tiempo en la búsqueda de culpables sobre los fallos o desatinos que se han tenido en los años posteriores al conflicto, es más productivo seleccionar políticos íntegros que sean capaces de encontrar y trabajar sobre las soluciones de esos problemas que hoy aquejan a la sociedad.
 “Harrison Ford en una de sus películas al dar un discurso menciona las siguientes palabras: vivir en paz no solo significa ausencia de conflicto armado, sino  también de la posibilidad real de tener justicia
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