Fuera de control: luego un muerto.


Una noticia del mes de septiembre en este año 2011, relataba como un vigilante de una agencia financiera asesinó a un cliente después de discutir por no apagar el celular dentro de la institución financiera. Luego de intercambio de insultos y palabras altisonantes, el vigilante desenfundó su arma de fuego y le asestó unos disparos.

 Este hecho además de un delito es el reflejo de los altos niveles de estrés e intolerancia ciudadana que se vive en nuestro país, producto de múltiples factores, entre esos los económicos y psicológicos de cada persona.

Psicológicos: muchos vigilantes no son aptos psicológicamente para desempeñar un cargo tan delicado cuyo fin principal es mantener el orden y la seguridad de las personas. Un desequilibrio mental o la falta de autocontrol de las emociones pueden hacer cometer un grave daño a su entorno; tal es el caso de esta noticia en el que ese vigilante pasó de ser un garante de seguridad a una amenaza de seguridad.


Económicos: El dinero no es la felicidad pero ayuda mucho a tener cierta tranquilidad. Existen muchísimos casos en los que  vigilantes han utilizado su arma de fuego para cometer ilícitos y conseguir más dinero del que les pagan en su desempeño como vigilantes. Los salarios por ser vigilante son sumamente bajos, esto sumado a la explotación laboral relacionada a extensas jornadas de vigilia nocturna y diurna, hacen que estas personas sean una real amenaza para la ciudadanía común y corriente.

Finalmente cultivar el autocontrol depende de cada quién. Esto mejoraría sustancialmente las relaciones personales de cada uno y su entorno también se vería beneficiado.

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