De muchos es conocido que en El Salvador, como en muchos
países latinoamericanos, el sistema de salud público o privado es deficiente, y
mucho más si no se tiene el dinero para comprar los medicamentos adecuados, o
pagar un centro de salud que ofrezca algo de confiabilidad. Casos de ¨mala praxis¨
médica son muy comunes, por ejemplo: el del paciente que entró a cirugía a una
operación en la pierna derecha y por error le amputaron la izquierda; el de la
joven que para ser operada fue anestesiada en exceso y sufrió un daño
irreversible a causa de la anestesia general mal dosificada.
Casos menos graves los cometen médicos que solo saben
recetar para el dolor o para las infecciones, cuando la enfermedad requiere de
un especialista. Otros que deberían ser responsables de la salud y a veces se
les olvida, son los oftalmólogos y optometristas, que en muchas ocasiones ven
al paciente como un fin económico al que hay que encontrar la manera de sacarle
dinero, mientras viva y durante el mayor tiempo posible.
Recientemente sufrí un ataque de este tipo de personas: accedí
a realizarme un examen visual computarizado gratuito para aprovechar una promoción,
que se ofrecía en un local de los que se encuentran en centros comerciales de
categoría intermedia en El Salvador. Me atendió una señorita vestida con una
bata blanca, zapatos de tacón alto que finalmente no le favorecía mucho por ser
ella de pequeña estatura, un poco corpulenta, de rasgos faciales no tan finos,
y por supuesto con gran fluidez verbal en términos complicados para mí. Me
ubicó en una silla plástica frente a un aparato, y me indicó que viera a través
de un agujero del mismo artefacto. En el agujero se veía borrosa la imagen de
una casita rodeada por verdes pastos y un cielo azul. Luego de unos momentos la
señorita, me brindó el resultado que la computadora había detectado en mi vista,
sin entregármelo documentalmente, solo de palabra.
Ya me lo esperaba: mencionaba una enfermedad en estado bastante avanzado y
era urgente! comprar un par de lentes de los que ella tenía a la mano.
Nunca he sido un cliente fácil de convencer, primero porque
tengo la costumbre de medir mis gastos en lo verdaderamente necesario, segundo porque
mis recursos no son ilimitados; pero no puedo negar que de alguna manera me
inquietó el resultado que arrojó la computadora, sobre todo por referirse a mi
sentido de la vista, que de ser dañado, no podría recuperarlo fácilmente. Luego
comencé a cavilar sobre la posibilidad que fuera cierto el diagnóstico. Hasta
ahora no he tenido problemas con mis ojos, pero tomaré medidas para verificar
su salud.
Por otra parte es muy triste saber que la realidad de
este país, es que muchos médicos en cualquier especialidad, técnicos de la
salud entre enfermeras, naturopatas y otros especialistas, ven a las personas,
no como seres humanos, sino como un fin económico, todo aunado al poco control
que el Estado y las leyes ejercen sobre ellos.
Ante estos abusos en los que caen muchas personas
humildes, o personas escasas de conocimientos técnicos, puedo ofrecer esta
recomendación:
Busque otras opiniones respecto de su estado de salud.
Cotice al menos en 3 lugares distintos, los precios por
el servicio médico que le brindarán.
Denuncie el abuso o mala praxis: tiene varias opciones en
cuanto a este punto, un mal procedimiento medico puede ser objeto de demanda
judicial, indemnización económica suspensión del permiso medico y hasta prisión
para el profesional irresponsable que lo practica… consulte a su abogado de
confianza o escriba un comentario en este blog si desea más información sobre
este tema.
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