jueves, 29 de agosto de 2013

Amaños en el fútbol, es parte de la cultura social salvadoreña.

Con la noticia que se dio a conocer en agosto del presente año (2013), relacionada con la corrupción en los partidos de fútbol que involucra a jugadores de la selección nacional de El Salvador, la población ha recibido, más que un balde de agua fría, una dolorosa puñalada en la espalda que ha dañado la confianza en sus propios jugadores, puesto que han vulgarizado uno de los pocos elementos que permiten a los salvadoreños identificarse como nación.

El tema de la corrupción en El Salvador no es cosa de asombro, se escuchan las noticias casi a diario de acusaciones de este tipo sobre todo en el ámbito político, de forma reiterada se habla de la corrupción en las instituciones públicas en todas sus esferas, poco menos frecuente se trata de la corrupción que existe en las escuelas, colegios y universidades; muchas son las historias de estudiantes desde los niveles más básicos, hasta los niveles universitarios donde los maestros, docentes o directores de centros educativos, han obtenido un “regalito” para colocar una calificación favorable; o alumnos que obtienen las pruebas  antes de ser examinados.

Cuando se trata de este tema se menciona que habría que modificar el sistema, sustituir a los corruptos por los probos, cambiar todo lo que permite la corrupción. Si se reflexiona en los orígenes de este mal social concluimos, entre otras, que es una cuestión de tipo cultural, que está arraigada en la población de generación en generación, y si de cambiar algo se trata, habrá que comenzar por ir cambiando las bases de la cultura salvadoreña que da cabida a la corrupción.

El fútbol, la sociedad, la familia y los valores.

La Constitución de la República establece que la familia es la base fundamental de la sociedad, y es ahí donde todos los seres humanos aprendemos lo básico para desenvolvernos en la sociedad, los padres repiten muchas veces los modelos que a su vez les enseñaron sus padres, los hijos se nutren de lo que ven en su familia. Si la familia fomenta valores, los hijos y sus generaciones venideras serán probos y rechazaran lo incorrecto. Por consecuencia la sociedad se verá conformada por seres humanos probos o corruptos, con valores o sin valores en cualquier sitio que estén. Sean futbolistas, maestros, docentes universitarios o empleado institucional si tienen valores bien cimentados, aunque los tienten con ofertas de oro, no aceptarán.

Las leyes están bastante bien hechas, claro que pueden mejorarse, pero para evitar, prevenir o sancionar la corrupción no se trata tanto del contenido de las leyes, sino del bagaje de valores que los seres humanos practican a diario. Las leyes regulan el comportamiento y las manifestaciones externas del ser humano en una sociedad pero no sus pensamientos valores morales o emociones. En todas las personas, el código moral que practican a diario es lo que les frena o permite ser corruptos o cometer todo tipo de delitos.

Por donde comenzar.

En opinión de su servidor el mecanismo más efectivo para combatir la corrupción está en fomentar valores y practicarlos desde muy corta edad. ¿A quién le toca comenzar?, ¿al gobierno?, ¿a los políticos?, ¿a los maestros y las escuelas?. Corresponde especialmente a la familia, a Usted padre o madre de familia, a Usted niño niña o adolescente que lee estas líneas. Haga lo correcto, fomente lo correcto, sea un ejemplo, no sea corrupto en la escuela, en la tienda, en la cola del banco o del supermercado, en su empleo o en sus estudios; Todas las edades tienen su madurez, pero nunca se es muy joven o muy viejo para cambiar lo malo por lo bueno. Haga todo lo posible  en su vida diaria y modifique aquello que  no es correcto. Se trata de no repetir lo malo, comenzar por cada uno, haciendo lo correcto y enseñando a las nuevas generaciones o con el ejemplo a sus amigos a hacer lo correcto. Busque ser disciplinado, busque  mejorar como ser humano cada día de su vida.


 Al menos inténtelo.

No hay comentarios:

¿Cuánto cobrar?... abogado y notario El Salvador.

Que frustrante es terminar la Licenciatura en Ciencias Jurídicas, ser autorizado para ejercer de Abogado y aun lograr superar la dificultad ...