El cambio de paradigmas de
objeto de protección a sujeto de
derechos de niños, niñas y adolescentes es el tema central de la LEPINA (Ley de protección integral de la niñez y la adolescencia).
Inicialmente las
sociedades a través de la historia han tratado a los niños, niñas y adolescentes sin llegar a
considerar sus derechos como les corresponde, hasta aproximadamente 100 años
atrás su reconocimiento ha ido plasmándose en cuerpos legales de tipo
internacional, aterrizando paulatinamente en normativas locales de cada país o
Estado.
Como bien es conocido las
costumbres se arraigan en las sociedades y en las personas tan fuertemente, que
luego es difícil aceptar nuevas ideas o formas de comportamiento. Esto es
justamente lo que está sucediendo con la consideración de los Derechos de los niños, niñas y adolescentes pasando por los Estados, sus instituciones, las políticas, recayendo luego
directamente sobre las familias y como destinatario final los niños, niñas y adolescentes.
El modelo tutelar que ha
sido implementado por muchos años, considerando a los niños, niñas y adolescentes como un objeto de
protección, aun tiene muchos adeptos, inclusive las instituciones actualmente
creadas para la implementación de una protección integral de los derechos de la
Niñez y la Adolescencia, aun no comprenden a cabalidad su objetivo,
desarrollándose de manera anticuada y continuando con la violación de los
Derechos de los niños, niñas y adolescentes.
El cambio de paradigmas
establecidos bajo el modelo tutelar se configura como un reto que debe
trabajarse desde sus cimientos mismos; me refiero a una fuerte campaña
incesante que vaya dirigida a las personas que dirigen y forman parte de
instituciones encargadas de la protección de los niños, niñas y adolescentes; educación encaminada a
los padres, y en general a las familias, para que comprendan a cabalidad que el
modelo tutelar implementado por muchos años no es el más conveniente.
Por
consiguiente ir cambiando el paradigma en mención e implementando paulatina
pero consistentemente que los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos, a quienes se les
debe respetar, cultivar su protección, y exigir su cumplimiento a quien los
violente, se configura como un verdadero reto de evolución en el tratamiento y respeto de
los Derechos niños, niñas y adolescentes, grupo social que hasta estos días sigue siendo atropellado por su vulnerabilidad.
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