Todos
los crímenes son despreciables pero los crímenes por odio son aún más detestables,
precisamente porque son dirigidos con dolo, con toda la intención de provocar
un daño a una persona determinada o a un grupo social específico. Es denominado
crimen de odio cuando una persona ataca a otra, eligiéndola con antelación por
razones de pertenecer a un grupo social
determinado: edad, género, religión que profesa, etnia a la que pertenece,
nacionalidad, ideología o afiliación política, discapacidad física y
orientación sexual. Puede consistir en lesiones físicas, difamación, hasta llegar
al robo o el homicidio. Evidentemente estas conductas catalogadas como crímenes
de odio, son generados por prejuicios, y ha existido en toda la historia humana,
el máximo referente es el exterminio de judíos en la segunda guerra mundial,
otro hecho connotado son los crimines hacia personas de raza negra.
En El
Salvador también se han dado recurrentemente los crímenes de odio, un caso conocido
es el aplastamiento militar que sucedió en la década de los años
1930, donde casi se exterminó a la población indígena de El Salvador que se
alzaba en protestas por reformas legales impuestas relacionadas la propiedad de la tierra.
En
los últimos años un crimen de odio que está cobrando auge en El Salvador son
los cometidos contra personas que pertenecen a la comunidad LGTB. La preferencia
sexual de estas personas es vista como un pecado abominable y un mal que debe
ser exterminado. Ya lo mencionaba en una publicación anterior: la igualdad ante
la ley no se verifica en la práctica y estos grupos o minorías sociales sufren
un mayor impacto en cuanto a la desigualdad de trato, no solo ante la ley sino
también ante una gran cantidad de instituciones de gobierno y funcionarios públicos.
Uno de los casos más conocidos en estos días es el de las agresiones provocadas
por parte de agentes de la Policía Nacional Civil, a un miembro del Cuerpo
de Agentes Metropolitanos de San Salvador que en su
vida privada es transexual; lo vapulearon y lo apresaron por supuesta resistencia
al arresto y otras causas. Dando seguimiento a las noticias supe que fue llevado
a una institución de salud del Estado para tratar sus heridas y golpes, pero
fue igualmente maltratado por el personal de la institución.
Como
mencionaba más arriba el Estado debe regular este tipo comportamientos de forma
preventiva impulsando campañas educativas en todos los niveles sociales e
inclusive reformando la legislación existente. Una de las principales acciones
a impulsar para disminuir este tipo de crímenes es la reforma de los artículos 129
y 155 del Código Penal de El Salvador, con el objetivo de establecer agravantes
en la imposición de la pena a quienes haya cometido crímenes por odio,
determinando con toda precisión cuándo es considerado “crimen por odio”.
Sabiendo
que el Estado no lo hace de forma
inmediata, cada uno nosotros puede aportar un poquito dentro de su familia,
siendo tolerantes, educándose al respecto, entendiendo porqué las personas son
diferentes y los beneficios que eso trae a la sociedad, dejando de lado los
fanatismos religiosos, buscando la manera de apoyar a todas las personas en
función de su dignidad como humanos, miembros de una sociedad que pretende
crecer en valores positivos. Ya existe mucha violencia en la sociedad como para
agregar más violencia por incomprensión o intolerancia.
Gracias
por visitar este blog.
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