viernes, 29 de mayo de 2015

Cambio de nombre en El Salvador

El nombre propio nos identifica e individualizan de las otras personas; se compone de “nombre” y “apellido”, pero en muchos casos estos no coinciden con los documentos que se poseen o que se han acumulado en el transcurso de la vida.




Por ejemplo, a Juan, en su partida de nacimiento quedó consignado que se llama "Juan Antonio Herrera"; se le inscribió en la escuela como "Juan Antonio Pérez", cuando ya estaba trabajando, el patrono lo inscribió en el Seguro Social como "Antonio Pérez Herrera", y así, sin mala intención pero por descuido se fue estableciendo en diferentes momentos que Juan Antonio Herrera, lo conocían e identificaban en con otros nombres.

Esa situación genera inconvenientes en muchos casos, por eso es necesario establecer con claridad, y definitivamente, cuál o cuáles son los nombres con los que es conocido "Juan". Para esto existe un trámite denominado "Diligencias de Identidad Personal", que puede solicitar a un Notario. En la práctica se le ha denominado "el conocido por", debido a que al finalizar el proceso, se establece que el interesado también es conocido por a, b y c, nombres y que corresponden a la misma persona.

Los documentos y pruebas a presentar al Notario son:
  • Certificación de la Partida de Nacimiento del interesado. Esta se obtiene en la Alcaldía Municipal,  donde nació el interesado en establecer su nombre.
  • Documento Único de Identidad.
  • Pruebas documentales que pueden ser uno o varios de los siguientes: diplomas, certificados de estudios cursados en escuela o colegio, documentos del Seguro Social, títulos, carnet de afiliación, etc. 
  • Pruebas testimoniales: dos personas como mínimo que digan conocer al interesado y que le aseguren al Notario que es conocido también con otros nombres, correspondiendo a la misma persona.

¿Qué documentos hace el Notario?
El Notario autorizará un documento denominado "Escritura Pública de Identidad", donde se hace constar que esa persona, ha sido conocida socialmente, en su ámbito familiar, comercial y otros, por diferentes nombres, pero que todos corresponden a la misma persona; en el mismo documento se hace constar la comparecencia de los testigos, y otros datos que estime conveniente el Notario.

Luego el mismo Notario, expide un documento llamado "Testimonio de la Escritura pública", el cual se debe llevar a la Alcaldía Municipal donde está asentada la Partida de Nacimiento del interesado en las diligencias de identidad.

Finalmente se obtiene una anotación en la Partida de Nacimiento del interesado, que menciona el resultado final de las diligencias de identidad, desde ese momento el interesado puede perfectamente modificar sus documentos más importantes (en El Salvador son el DUI, el Pasaporte, Carnet de pensionado, carnet del ISSS), y así no tendrá más inconvenientes en el futuro. Obviamente podrá continuar usando su nombre tal como lo venía haciendo solo que desde este momento no se podrá prestar a confusiones.

Cuánto dinero cuesta realizar este trámite?
En El Salvador, un Notario puede establecer un precio por el trámite dependiendo de varios factores, tiempo invertido, gastos de traslado del documento para su inscripción, firmas, diligencias entre otros. Este trámite tiene precios que oscilan entre los $60 hasta $150 Dólares de los Estados Unidos de América. 


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domingo, 3 de mayo de 2015

El Izote sigue floreciendo.

El izote es una planta muy común en tierras salvadoreñas, los campesinos dicen que es "bien agradecida" por que en cualquier lado y en condiciones bastante inhóspitas resucita o crece. Algo similar al temple del ciudadano salvadoreño.

En esta ocasión me referiré a los acontecimientos de la década entre el año 1980 a 1992, fechas para recordar, y representan para todos los salvadoreños amargura y dolor. 

Nací en esa época, y para finales de los años 1990 apenas y comenzaba a tener conciencia de lo que estaba sucediendo. Recuerdo las noticias de la ofensiva que tuvo su epicentro en la Capital de El Salvador. 

En el año 1980 fue ultimado Monseñor Oscar Arnulfo Romero, yo ni había nacido, fue un asesinato tan inaceptable como el asesinato masivo, sucesivo e implacable que se estaba realizando en todo el territorio nacional, por parte de militares, grupos de terror, y miembros de grupos revolucionarios.

El conflicto armado terminó con la firma de los Acuerdos de Paz, que tuvo sus importantes aportes a la vida nacional pero en temas de justicia social se quedó en un acuerdo hueco, pues no sanó ni eliminó las raíces verdaderas que le dieron origen al desmadre de diez años. (Desmadre como caos y confusión).

Platicando con personas que tienen mayor edad que yo, encuentro diversos puntos de vista: se dice entre ellos que una de las causas por las que terminó el conflicto, no fue por que se hayan puesto de acuerdo las partes involucradas, porque ya no querían matarse unos a otros o por que la conciencia y madurez les invitaba a conciliar, sino más bien porque atrás de escena, el financiamiento del conflicto se terminaba para ambos lados.

¿Y el asesinato de Monseñor Romero? Hasta 1992 seguía siendo parte del costo humano del conflicto, seguía como banderín revolucionario, seguía como ejemplo de la injusticia.

En esa época surgieron diversas investigaciones que pretendían esclarecer los miles de asesinatos, secuestros, genocidios, robos de niños, tráfico de personas, violaciones y graves atrocidades, pero los avances alcanzados con la firma de los Acuerdos de Paz no han podido dar frutos o flores perennes como se esperaba, especialmente con la emisión de la Ley de Amnistía, que en sencillas palabras le da borrón y cuenta nueva a todos los que pudieron estar involucrados en las abyectas actividades de la guerra con más de 80,000 muertos y otras personas desplazadas. La ley de Amnistía fue aprobada por miembros de partidos políticos que hoy subsisten y que todos conocemos. También participaron otros partidos existentes interesados en salir beneficiados.

Hace unos años atrás nos gobernaba el partido político al que le han atribuido error tras error, hoy nos gobierna el otro bando político y ninguno tiene la entereza moral para decir que aquellos fueron malos, porque en ambos lados cometieron crímenes, a pesar de lo que diga la Comisión de la Verdad. 

Hoy en el ámbito político esos dos institutos políticos siguen abonando a su lista muchas injusticias; por sobre todas la más deleznable es permitir la vigencia de esa ley que permite andar por ahí, libres como si nada hubiera pasado, a todos los autores intelectuales y materiales de crímenes en el conflicto armado; me refiero a soldados rasos, comandantes guerrilleros y militares de rango superior, inclusive personas de la sociedad que se mueven sigilosamente tras escena ostentando poder.

Es inaceptable el asesinato de Monseñor Romero, así como la matanza del Mozote y el Sumpul, el secuestro de aquel empresario y el exterminio de esos otros campesinos por soplones del ejército, el reclutamiento de niños en filas revolucionarias y del ejército, la violación de señoras y niñas, torturas de estudiantes, artistas y opositores políticos... y demás injusticias que ambos bandos realizaron.

Qué bueno que otorgarán a Monseñor Romero el grado de Beato, pero eso no abona al avance de la justicia. Por otro lado eliminar la vigencia de la Ley de Amnistía, investigar las desapariciones y autores de miles de asesinatos podría ayudar en alguna medida a enfrentar la crisis y superarla, ¿acaso no es eso lo que se hace para superar un trauma?... pero esas son de las cosas que no pasan pronto, más cuando los implicados en los crímenes aun están en el poder político y ya olvidaron los ideales de justicia,  aprendieron y pusieron en práctica las malicias de la política encontrando la buena fortuna. Será una locura poner la soga al cuello. 

Aquel clamor que Monseñor Romero mencionaba en sus homilías... "que sube al cielo cada vez más tumultuoso" sigue latente, sigue gimiendo e implorando a Dios un milagro para alcanzar la paz y la justicia que los políticos y los pandilleros no permiten alcanzar, por que aun existe en ellos la maldad, el egoísmo, la búsqueda de poder a costa de todo, la execrable actitud de "yo primero y los demás que vean como hacen". 

A pesar de todo el Izote sigue floreciendo en estas tierras teñidas de sangre humana, injusticias e impunidades; el salvadoreño sigue buscando la manera de salir adelante con todo y los atropellos a sus derechos, vive y hasta es calificado como uno de los pueblos con mayor indice de felicidad en el mundo.


El general Vargas cuenta otra versión de ese pasaje. Él asegura que la comandancia del FMLN, Schafik Hándal incluido, aceptaron que esa ley, en definitiva, era exclusiva para el FMLN, y que la aceptaban a cambio de seguir en conversaciones para una ley de amnistía “más amplia y general”.—¿Está diciendo que el FMLN aceptó que le dieran una amnistía para luego favorecer a los militares con la de 1993?... La Comisión registró más de 800 denuncias de “graves hechos de violencia atribuidos al FMLN”. En sus conclusiones plantea que esa violencia se ejercía, mayoritariamente, en las zonas en conflicto en las que el FMLN tuvo control militar.
Así se fraguó la Amnistía


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